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In Time, comunismo made in Hollywood

  • Foto del escritor: ccchemasaher
    ccchemasaher
  • 31 oct 2014
  • 8 Min. de lectura

En "La ideología alemana", Karl Marx y Friedrich Engels afirmaban que "las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época" o lo que es lo mismo que: La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente.


En esta reflexión voy a intentar demostrar porque el filme norteamericano "In Time" ("A tiempo" o "El precio del mañana" de Andrew Niccol), a pesar de la utilidad general de la citada premisa marxista, es una de las películas hollywoodienses con un mensaje más revolucionario de todas las realizadas hasta la fecha en la historia del cine. Pero, ¿cómo es posible que Hollywood, la misma industria que ha sido epicentro de gran parte de la propaganda capitalista desde hace casi un siglo, produzca ahora una película blockbuster que sea casi tan revolucionaria como el Manifiesto Comunista? Analicemos y entendamos el fenómeno desde lo que pretende ser una aportación a la teoría marxista de la cultura, la ideología y las industrias culturales. Aportación que en ningún momento pone en cuestión la validez tendencial de la cita reproducida de Marx y Engels, sino que intentará corregir algunas interpretaciones mecanicistas que no hacen sino metahistorizar y empobrecer la herramienta marxista para la revolución social.


Comencemos con el guión de la película: estamos en el año 2161, los humanos han sido modificados genéticamente de tal modo que al cumplir 25 años un temporizador vital visible en sus antebrazos comienza la cuenta atrás, si bien su apariencia física queda atrapada en la juventud a pesar de que puedan vivir longevamente. A partir de ese momento, deben conseguir tiempo si no quieren que el crono llegue a cero y mueran.

El tiempo es el dinero del futuro, la nueva divisa que simboliza el valor de cambio. Se gana tiempo trabajando y se pagan los bienes y servicios de la misma forma. De este modo el cronómetro genético se va actualizando a medida que uno desembolsa o ingresa la nueva moneda temporal. En este futuro distópico la sociedad está dividida de manera brutal por dos clases: los ricos (muy pocos)y los pobres (la mayoría).

Los pobres tienen poco tiempo y deben estar continuamente trabajando a gran velocidad si no quieren morir jóvenes (lo cual sucede frecuentemente). Los ricos pueden llegar a acumular cientos de años, siendo prácticamente inmortales y aprovechándose del excedente productivo que extraen a los pobres asalariados.


El protagonista de la trama es un obrero (de fábrica para más in ri) llamado Will Salas (Justin Timberlake) que ve morir a su madre prematuramente ante su imposibilidad de pagar las deudas y la constante subida de precios con los que la élite gobernante asfixia a la clase obrera. De repente, la vida de Will cambia radicalmente cuando se encuentra a un rico borracho en un bar de los suburbios. Unos atracadores intentan dejarlo sin dinero (sin vida) pero Will lo salva y éste a cambio le hace una revelación: la inmortalidad de los ricos se basa en la alta mortandad planificada de los pobres: "Para que unos pocos sean inmortales, muchos han de morir". La metáfora con nuestro sistema es evidente.


El filme está repleto de enseñanzas revolucionarias, marxistas, obreristas e internacionalistas. Por ejemplo, al colocar el tiempo como Tiempo de Trabajo Socialmente Necesario (TTSN) para la generación de valor en las mercancías y la extracción de plusvalor por parte de los capitalistas, el filme destaca la importancia del espacio-tiempo como centralidad en la lucha de clases. La película también contiene una crítica explícita a la ideología neoliberal, que en un diálogo entre el protagonista con el magnate Weis, uno de los malos, éste defiende el sistema como "capitalismo darwinista" justificando y apoyando la conocida sentencia del darwinismo social de corte liberal que afirma que "sólo los más fuertes sobreviven". Por otra parte el protagonista, en contraposición, sentencia en una escena: "Nadie debe ser inmortal si sólo una persona ha de morir", ergo nadie debe ser rico materialmente si una sola persona no puede tener satisfechas sus necesidades vitales. Crítica definitiva a nuestro sistema.


Hasta aquí me he limitado a explicar algunas claves sobre el porqué defiendo que la película posee un mensaje revolucionario y humanista en toda regla, pero no quiero contarlas todas porque no desearía desalentar a los espectadores sobre su visionado. Al contrario, animo seriamente a todos los revolucionarios y activistas del mundo a verla y servirse de In Time para hacer talleres de economía política crítica donde explicar las interesantes conexiones entre la película y la obra nuclear de Marx: "El Capital". Con intención de facilitar su estudio entre las masas obreras (especialmente con los jóvenes). Esta movie puede ser una gran herramienta para hacer llegar a personas sin alta formación académica la teoría marxista del análisis del capitalismo y el materialismo histórico, haciendo las anotaciones necesarias donde se precise y ayudando a ilustrar la densa teoría de Marx con las excelentes "imágenes en movimiento" que nos regala In time.


Ahora pasemos a analizar cómo es posible que Hollywood haya realizado una película así y que esto nos sirva para hacer una crítica demoledora a la teoría aciaga de autores fatalistas de la tradición filomarxista como Adorno o Marcuse que planteaban la imposibilidad de una rebelión sistémica o creían imposible la emisión de un mensaje revolucionario desde las propias industrias culturales (IICC). Estos autores avizoraban las IICC como un bloque todopoderoso (decir que alguien o algo es todopoderoso implica dotarlo de una infinidad imposible en el mundo material, renunciar a la revolución y negar la propia dialéctica variable del poder no como posesión sino como capacidad social)6. Mi tesis, en cambio, es la siguiente: si bien la producción hollywoodiense se caracteriza por estar repleta de películas que tienden a fortalecer las ideologías de las clases dominantes como afirmaban Marx y Engels, en algunos contextos históricos se transgreden, por lo que la teoría marxiana ha de dar cuenta de estos casos y explicar su génesis. En especial cuando el sistema en su conjunto se halla en crisis por sus propias contradicciones y ante luchas grupales o individuales de especial talento. Es justo lo mismo que afirmaban los autores alemanes que ocurría con la superestructura política en tiempos de inestabilidad: cuando diversas clases se hallan en pugna sin que se avizore un claro ganador (como a veces ocurrió entre la corona, la burguesía y la aristocracia en los inicios del capitalismo mercantil o como puede ocurrir con el bonapartismo en los inicios del capitalismo industrial u otros momentos de la lucha de clases). Esto no significa que podamos esperar que Hollywood mayoritariamente, ni tan siquiera significativamente, comience a realizar películas que animen a la revolución socialista, al menos bajo la hegemonía productiva capitalista. Pero lo que sí debemos aprender los marxistas es a ser críticos y no dogmáticos con nuestra propia teoría y conseguir entender donde están las contradicciones de las clases dirigentes y cómo a veces podemos aprovecharlas para nuestro beneficio, también en el terreno cultural.


Debemos ser capaces de bucear entre las fallas sistémicas para poder construir contrahegemonía con las herramientas capitalistas que son las que, en definitiva, tenemos (junto con otras de sistemas históricos anteriores). Diferenciar los elementos progresivos de los regresivos. Entonces comencemos a entender el caso de In Time... ¿quiénes fueron los agentes que participaron en su producción y difusión?


El filme está siendo distribuido en las salas por 20th Century Fox, una de las grandes hollywoodienses propiedad del derechista Ruper Murdoch (que muy posiblemente no sepa ni que la película existe), y Regency Enterprises, productora y cadena de televisión que ha producido excelentes filmes críticos como JFK de Oliver Stone o la excelente A Time to Kill ("Tiempo de matar", de Joel Schummacher). La producción de In Time corrió a cargo de New Regency, filial de la codistribuidora Regency Enterprises, y la productora Strike Entertainment ("Huelga Entretenimiento" en castellano), productora de tamaño medio que tiene un acuerdo de first look con Universal7, lo que en la jerga legal hollywoodiense quiere decir que todos sus proyectos deben ser ofrecidos en primer lugar a Universal y si ésta los rechaza, la compañía es libre de presentárselos a otra major. Con lo cual podemos averiguar casi con toda seguridad que In Time tuvo resistencias capitalistas y fue posiblemente rechazada por Universal antes de que Regency le diera luz verde, ¿quizás por un guión "excesivamente politizado hacia la izquierda"?


Hagámonos otra pregunta pertinente: ¿Qué aceptación está teniendo In Time por los voceros de la industria encargados de alentar o desalentar el consumo de las mercancías culturales entre las masas? Pues más bien beligerante cuando no mediocre, si bien la película está viéndose respaldada con un importante éxito de taquilla en relación al presupuesto. Por ejemplo, Kyle Smith del New York Post8 , se cebó con la película por su propaganda marxista dándole una estrella y media sobre cuatro acusándola de que "el futuro que muestra está totalmente pasado de moda", que la película "tampoco funcionaría en la Rusia de 1917" o que el director miente cuando el filme "asume que detrás de toda gran fortuna hay un gran crimen". Smith como intelectual orgánico burgués que es, ladra contra un filme de Hollywood que sin duda podría reclamarse de ideología comunista y termina reconociendo que "la película alienta un programa redistributivo para que los obreros del mundo se alcen contra la industria privada". Y sin duda en esta última frase, como mandarín del sistema, da en la diana. Por su parte, Peter Travers de la supuestamente juvenil y "rebelde" superventas Rolling Stone9, como no puede meterse de lleno a criticar el guión de corte izquierdista, lo hace hablando mal de la película y reconoce que ha sido pensada "para gustar a los del movimiento Occupy Wall Street" como si eso fuera algo malo: hacer una obra para que guste a un público determinado (cosa que han hecho los artistas desde el principio del Arte). No parece que ese hecho moleste a Travers cuando las películas se producen para gustar a un público chauvinista, racista o neoliberal, como la gran mayoría de la cartelera blockbuster que ella tiende a adorar. El periodista sentencia, jugando con el título de la película, que si vamos a verla serán dos horas desperdiciadas del tiempo de nuestra vida. Quizás Travers debiera advertir con el mismo consejo a los que suelen compran Rolling Stone, la cual desde luego no está diseñada para aquellos que quieren ocupar Wall Street, sino para los que prefieren sostenerla, como su dueño Jann Wenner que desde su compañía Wenner Media sufraga el Partido Demócrata de Obama y el clan Clinton


En cuanto al presupuesto de In Time, y por tanto respecto al apoyo de la gran industria, fue más bien discreto para ser Hollywood : alrededor de 40 millones de dólares (unas 4 veces menos que las más comerciales). Pero ya lleva cosechados más de 117 millones de $. Es de notar, que la mayoría de ellos (82 millones), provienen de fuera del mercado norteamericano con lo que se viene consolidando la tendencia depresiva del mercado interno estadounidense (entre otras cosas por el empobrecimiento de su clase obrera) y la expansiva del exterior, lo que obliga a Hollywood a, si quiere seguir ganando dinero, realizar películas cada vez menos "estadounidenses". Capitalismo puro. Y eso también se nota en In Time, que con su estética azonal podría estar representando el conflicto barrios residenciales-guettos (burguesía vs trabajadores) de cualquier ciudad "occidental" de EUA, pero también de Sudáfrica, España o Brasil. El filme tiene un lenguaje cinematográfico mainstream no geolocalizado, cercano a un estilo internacional con una escenografía sobria, sin artificios, que enfatizan la dureza de la sociedad personificada en la embrutecida vidas de los obreros.


En definitiva, In Time sí es una mercancía que ya ha producido un retorno directo de 117 millones de dólares brutos repartidos entre individuos que mayoritariamente no son ni anticapitalistas ni revolucionarios, pero también es una poderosa herramienta que debemos utilizar enérgicamente para despertar a las masas revolucionarias dormidas bajo el soma capitalista global, suministrado en muchas ocasiones sí, entre otros, por Hollywood. La explotación capitalista no se evita dejando de ir a ver una película, sino derrocando el sistema y para este fin, In Time nos puede servir como instrumento para la acumulación de fuerzas.


 
 
 

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