A 150 AÑOS DE LA CARTA ENVIADA POR LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES AL PRESIDENTE ABRAHAM
- ccchemasaher
- 31 oct 2014
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En el presente trabajo se expondrá los acontecimientos que se gestaban entre 1860 y 1864 en los Estados Unidos, sirviendo esto, para una pequeña introducción a la carta escrita por el filosofo, economista, político, sociólogo e historiador Karl Marx, la cual este año se conmemoran 150 años de su elaboración, de acuerdo con la decisión del Consejo General de la Asociación Internacional de Trabajadores al decimosexto presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, con motivo a su reelección y otros sucesos que se estaban presentando en la mencionada nación. Se debe agregar que esta carta fue escrita, entre el 22 y el 29 de noviembre de 1864 y su publicación se efectuó el 7 de enero de 1865, en el periódico tradeunionista: The Bee-Hive en su número 169, que circulo semanalmente entre 1861 y 1878 en Reino Unido.
Me gustaría dejar claro que no dispongo de textos o datos sobre las particularidades de la economía de los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XIX, por lo tanto, de esta manera no podre exponer un completo análisis materialista del desarrollo y la influencia de las condiciones materiales en las clases sociales y las luchas de intereses entre estas, por eso solo me limitare a exponer los acontecimientos ocurridos entre 1860 y 1864 mencionados en la carta (la cual podran encontrar al final del texto).
De 1860 a 1864:
El 6 de noviembre de 1860 se efectuaba la decimonovena elección presidencial de los Estados Unidos, donde quedo electo Abraham Lincoln por el partido republicano con 1.865.908 votos para un 39%, Seguido de John Cabell Breckinridge con 18.1%, John Bell 12.6% y Stephen Douglas con 29.5% para un total de participación de 4.685.561 votantes.
El país durante toda la década de 1850, se manifestaban enormes luchas políticas como los derechos de los estados y la esclavitud en los territorios. Todas estas luchas por diversos intereses van a parar en las declaraciones de secesión de Carolina del Sur y otros estados, rechazadas por el recién electo Lincoln y por el entonces presidente James Buchanan apenas a un mes de las elecciones.
Recapitulando, la guerra inicia con el ataque a Fort Sumter en el Condado de Charlestone, en Carolina del Sur que comenzó el 12 de abril de 1861 y duro hasta el 13 de abril del mismo año, con el bombardeo de aproximadamente 43 cañones y obuses por parte del Ejercito de los Estados Confederados de América con el propósito de expulsar a las tropas federales que se encontraban en la fortificación. A causa de esto se produce la expulsión de las tropas federales y se hace con la victoria el Ejercito Confederado. La guerra no cesaría hasta el 9 de abril de 1865 cobrándose la vida de aproximadamente 600.000 personas.
Por otra parte para el año 1863, el presidente presento la Proclamación de Emancipación, la cual se componía de dos órdenes ejecutivas, La primera, presentada el 22 de septiembre de 1862, establecía la libertad de todos los esclavos en la totalidad de los Estados Confederados de América, La segunda, presentada el 1 de enero de 1863, enumeraba diez estados específicos donde se aplicaría. No obstante, no todos los esclavos fueron liberados inmediatamente, un censo de 1960 señalaba que existían alrededor de 4 millones de esclavos que ya, para julio de 1865 todos se encontraban en libertad.
Cabe destacar que hacia el final de la guerra de secesión iniciada el 12 de abril de 1861, una gran cantidad de abolicionistas denunciaban que la esclavitud no había sido ilegalizada completamente en todo el país, en algunos estados seguía siendo legal, todo esto continúo hasta que fue declarada la Decimotercera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos el 18 de diciembre de 1865, donde quedo señalado:
Sesión 1: Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto.
Sesión 2: El Congreso estará facultado para hacer cumplir este artículo por medio de leyes apropiadas.
El 8 de noviembre de 1864 en plena guerra civil, se realizo la vigésima elección presidencial, donde Abraham Lincoln por el Partido de la Unión Nacional que fue el Nombre con el cual se presento el Partido Republicano de los Estados Unidos, se enfrento contra el candidato demócrata George Brinton McClellan, en la cual Lincoln obtuvo 1.031.388 votos, contra los 1.812.807 de McClellann para un total de participación de 4.031.887 votantes. Esta fue la segunda vez en la historia que alguien era reelecto para el cargo de presidente, cargos que solo duro 6 semanas después de su investidura por motivo a su asesinato el 15 de abril de 1865 en el teatro Ford en Washington DC.
Carta de Karl Marx a Abraham Lincoln:
A ABRAHAM LINCOLN, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
Muy señor mío:
Saludamos al pueblo americano con motivo de la reelección de Ud. por una gran mayoría.
Si bien la consigna moderada de su primera elección era la resistencia frente al poderío de los esclavistas, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muera el esclavismo! Desde el comienzo de la titánica batalla en América, los obreros de Europa han sentido instintivamente que los destinos de su clase estaban ligados a la bandera estrellada. ¿Acaso la lucha por los territorios que dio comienzo a esta dura epopeya no debía decidir si el suelo virgen de los infinitos espacios sería ofrecido al trabajo del colono o deshonrado por el paso del capataz de esclavos?
Cuando la oligarquía de 300.000 esclavistas se abrevió por vez primera en los anales del mundo a escribir la palabra «esclavitud» en la bandera de una rebelión armada, cuando en los mismos lugares en que había nacido por primera vez, hace cerca de cien años, la idea de una gran República Democrática, en que había sido proclamada la primera Declaración de los Derechos del Hombre y se había dado el primer impulso a la revolución europea del siglo XVIII, cuando, en esos mismos lugares, la contrarrevolución se vanagloriaba con invariable perseverancia de haber acabado con las «ideas reinantes en los tiempos de la creación de la constitución precedente», declarando que «la esclavitud era una institución caritativa, la única solución, en realidad, del gran problema de las relaciones entre el capital y el trabajo», y proclamaba cínicamente el derecho de propiedad sobre el hombre «piedra angular del nuevo edificio», la clase trabajadora de Europa comprendió de golpe, ya antes de que la intercesión fanática de las clases superiores en favor de los aristócratas confederados le sirviese de siniestra advertencia, que la rebelión de los esclavistas sonaría como rebato para la cruzada general de la propiedad contra el trabajo y que los destinos de los trabajadores, sus esperanzas en el porvenir e incluso sus conquistas pasadas se ponían en tela de juicio en esa grandiosa guerra del otro lado del Atlántico. Por eso la clase obrera soportó por doquier pacientemente las privaciones a que le había condenado la crisis del algodón, se opuso con entusiasmo a la intervención en favor del esclavismo que reclamaban enérgicamente los potentados, y en la mayoría de los países de Europa derramó su parte de sangre por la causa justa.
Mientras los trabajadores, la auténtica fuerza política del Norte, permitían a la esclavitud denigrar su propia república, mientras ante el negro, al que compraban y vendían, sin preguntar su asenso, se pavoneaban del alto privilegio que tenía el obrero blanco de poder venderse a sí mismo y de elegirse el amo, no estaban en condiciones de lograr la verdadera libertad del trabajo ni de prestar apoyo a sus hermanos europeos en la lucha por la emancipación; pero ese obstáculo en el camino del progreso ha sido barrido por la marea sangrienta de la guerra civil.
Los obreros de Europa tienen la firme convicción de que, del mismo modo que la guerra de la Independencia en América ha dado comienzo a una nueva era de la dominación de la burguesía, la guerra americana contra el esclavismo inaugurará la era de la dominación de la clase obrera. Ellos ven el presagio de esa época venidera en que a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.
Escrito por Karl Marx entre el 22 y 29 de noviembre de 1864
Publicado por primera vez: El 7 de enero de 1865, en el periódico tradeunionista: The Bee-Hive en su número 169.
Presentado al embajador estadounidense: Charles Francis Adams el 28 de enero de 1865.
REPUESTAS DEL EMBAJADOR ADAMS
Me dirigí a informarle de que la dirección del Consejo Central de su Asociación, la cual fue debidamente transmitida a través de esta Legación al Presidente de los Estados [Unidos], ha sido recibida por él.
Por lo que los sentimientos expresados por que son personales, que son aceptados por él con un deseo sincero y ansioso de que él puede ser capaz de probarse a sí mismo no indigno de la confianza que se ha ampliado recientemente para él por sus conciudadanos y por tantos de los amigos de la humanidad y el progreso en todo el mundo.
El Gobierno de los Estados Unidos tiene una conciencia clara de que su política no es ni puede ser reaccionario, pero al mismo tiempo que se adhiere al curso que aprobó en principio, de abstenerse en todas partes de propagandismo y la intervención ilegal. Se esfuerza por hacer justicia igual y exacta a todos los Estados ya todos los hombres y que se basa en los resultados beneficiosos de ese esfuerzo de apoyo en el hogar y para el respeto y la buena voluntad en todo el mundo.
No existen Naciones para ellos solos, sino para promover el bienestar y la felicidad de la humanidad por la relación sexual benevolente y el ejemplo. Es en esta relación que los Estados Unidos consideran que su causa en el actual conflicto con la esclavitud, el mantenimiento de la insurgencia como la causa de la naturaleza humana, y que se derivan nuevos ánimos para perseverar en el testimonio de los obreros de Europa que la actitud nacional se ve favorecida con su aprobación iluminado y simpatías sinceras.
Tengo el honor de ser, señor, su obediente servidor, Charles Francis Adams.
Legación de los Estados Unidos en Londres, 28 de enero de 1865.
articulo por:
Víctor Jiménez P
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